Hace mucho mucho tiempo, cuando tendría unos 10 años y vivía en Toluca, uno de mis hermanos llegó a la casa con un disco, un LP de portada doble, negra con un triangulito blanco y unas luces del color del arcoíris. Por dentro tenía esas luces, muchas letras y algunas etiquetas adhesivas.
-Este disco está la buena onda brother- dijo, lo puso y se sentó en el sofá.
Si bien estaba acostumbrado a la psicodelia de mis hermanos mayores, nada de lo que habían traído me impactó tanto como esa vez. Mi hermano sentado en el sillón, y de las bocinas salían sonidos distintos en cada una de ellas. Después me enteré que eso era el sonido cuadrafónico.
El caso es que entre los sonidos extraños, la música que era definitivamente distinta a todo lo que había escuchado y sobre todo los efectos que me parecía causaban a mi hermano, quedé atrapado. Después me enteré que la reacción de mi hermano no era precisamente debido a la música sino a algo que traía adentro, no sé si fumado o inhalado o tomado, pero yo no lo sabía. Desde ese día, cuando mi hermano no estaba, clandestinamente me ponía a escucharlo.
Tiempo después vino con otro disco, esta vez todavía más interesante. En la fotografía de la contraportada se veía a un señor saludando a otro que se estaba quemando y el fuego quemaba a su vez el borde de la foto, y del otro lado a un señor sin rostro en el desierto con un disco transparente, pareciera que debajo de esa foto se había roto el papel porque de ahí salía arena. De igual forma la música era muy muy distinta a lo demás, y el efecto causado entre mi hermano y sus amigos todavía fue mayor.
Definitivamente tenía que investigar el porqué de todo eso. Mi inglés era el típico de "pollito chiquen, gallina jen, lapiz pensil y pluma pen", así que tendía que acudir a alguien que me quisiera decir que ponían las letras esas. Mi hermana mayor ni me peló, mis amiguitos tenían el mismo nivel de inglés que yo y nos pusimos a tratar de traducir con un diccionario en mano, pero era muy lento y no entendíamos nada. Entonces le pedí a mi madre que me metiera a clases de inglés.
Fui creciendo y poco a poco iba entendiendo el sentido de lo que se trataba todo eso, pero fue tanto mi interés que me volví monotema. Mis amigos decía que todo estaba bien mientras no los acatarrara con Pink Floyd. De ahí a uno de ellos, en la secundaria, se le ocurrió decirme Floyd y así pasé de ser Tony (que por cierto odio que me digan así y lo malo es que toda mi familia lo hace) para ser El Floyd. A la fecha, cuando me llaman por teléfono preguntan así por mí.
Una vez, en quinto de preparatoria, estaba en clase de historia de México escuchando mi recién adquirido Walkman, que dicho sea de paso fue el primero de la prepa en tener uno. La maestra daba su clase y yo sin enterarme, tenía el libro abierto pero en su interior estaba otro sobre Pink Floyd. Nadie me avisó que la maestra estaba parada detrás de mí, me quitó los audífonos y me dijo que me saliera del salón. La cuestioné que porqué si yo estaba estudiando historia también. -¿Ah si?- dijo enojada por mi actitud -¿Historia de qué estás estudiando?-
Le expliqué que estaba estudiando una historia que si me dejaba satisfacciones y no la inútil que ella nos enseñaba. Me quitó el libro y se puso a examinarlo. -Te propongo un trato- su expresión no me gustó aunque ella si que era guapa. -Tu me dejas este libro, yo preparo un examen y si lo pasas te exento, pero sino lo pasas tendrás que sacar 9 o más en historia de México o te repruebo ¿aceptas?-. Uy no lo hubiese dicho, retó mis conocimientos sobre Pink Floyd y los puso en duda frente a mis compañeros. Eso no se le hace a a un chico de esa edad. Acepté el reto y los demás murmuraron"Ya se amoló Laura".
-¿Cuando será el examen?- la reté y ella dijo que para la siguiente clase, lo que quería decir que en dos días.
Exenté historia de México y también me hice amigo de Laura. Después hubo una historia con ella, una historia que inició con la de México pues me dio clases particulares.
-Este disco está la buena onda brother- dijo, lo puso y se sentó en el sofá.
Si bien estaba acostumbrado a la psicodelia de mis hermanos mayores, nada de lo que habían traído me impactó tanto como esa vez. Mi hermano sentado en el sillón, y de las bocinas salían sonidos distintos en cada una de ellas. Después me enteré que eso era el sonido cuadrafónico.
El caso es que entre los sonidos extraños, la música que era definitivamente distinta a todo lo que había escuchado y sobre todo los efectos que me parecía causaban a mi hermano, quedé atrapado. Después me enteré que la reacción de mi hermano no era precisamente debido a la música sino a algo que traía adentro, no sé si fumado o inhalado o tomado, pero yo no lo sabía. Desde ese día, cuando mi hermano no estaba, clandestinamente me ponía a escucharlo.
Tiempo después vino con otro disco, esta vez todavía más interesante. En la fotografía de la contraportada se veía a un señor saludando a otro que se estaba quemando y el fuego quemaba a su vez el borde de la foto, y del otro lado a un señor sin rostro en el desierto con un disco transparente, pareciera que debajo de esa foto se había roto el papel porque de ahí salía arena. De igual forma la música era muy muy distinta a lo demás, y el efecto causado entre mi hermano y sus amigos todavía fue mayor.
Definitivamente tenía que investigar el porqué de todo eso. Mi inglés era el típico de "pollito chiquen, gallina jen, lapiz pensil y pluma pen", así que tendía que acudir a alguien que me quisiera decir que ponían las letras esas. Mi hermana mayor ni me peló, mis amiguitos tenían el mismo nivel de inglés que yo y nos pusimos a tratar de traducir con un diccionario en mano, pero era muy lento y no entendíamos nada. Entonces le pedí a mi madre que me metiera a clases de inglés.
Fui creciendo y poco a poco iba entendiendo el sentido de lo que se trataba todo eso, pero fue tanto mi interés que me volví monotema. Mis amigos decía que todo estaba bien mientras no los acatarrara con Pink Floyd. De ahí a uno de ellos, en la secundaria, se le ocurrió decirme Floyd y así pasé de ser Tony (que por cierto odio que me digan así y lo malo es que toda mi familia lo hace) para ser El Floyd. A la fecha, cuando me llaman por teléfono preguntan así por mí.
Una vez, en quinto de preparatoria, estaba en clase de historia de México escuchando mi recién adquirido Walkman, que dicho sea de paso fue el primero de la prepa en tener uno. La maestra daba su clase y yo sin enterarme, tenía el libro abierto pero en su interior estaba otro sobre Pink Floyd. Nadie me avisó que la maestra estaba parada detrás de mí, me quitó los audífonos y me dijo que me saliera del salón. La cuestioné que porqué si yo estaba estudiando historia también. -¿Ah si?- dijo enojada por mi actitud -¿Historia de qué estás estudiando?-
Le expliqué que estaba estudiando una historia que si me dejaba satisfacciones y no la inútil que ella nos enseñaba. Me quitó el libro y se puso a examinarlo. -Te propongo un trato- su expresión no me gustó aunque ella si que era guapa. -Tu me dejas este libro, yo preparo un examen y si lo pasas te exento, pero sino lo pasas tendrás que sacar 9 o más en historia de México o te repruebo ¿aceptas?-. Uy no lo hubiese dicho, retó mis conocimientos sobre Pink Floyd y los puso en duda frente a mis compañeros. Eso no se le hace a a un chico de esa edad. Acepté el reto y los demás murmuraron"Ya se amoló Laura".
-¿Cuando será el examen?- la reté y ella dijo que para la siguiente clase, lo que quería decir que en dos días.
Exenté historia de México y también me hice amigo de Laura. Después hubo una historia con ella, una historia que inició con la de México pues me dio clases particulares.
Laura: donde quiera que estés, gracias por tu amistad, por todo lo que vivimos, pero sobre todo por hacerme entender lo importante que es aprender sobre todos los temas y saber de donde venimos.
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